El pulgón de la col, Brevicoryne brassicae (Linnaeus), afecta a diferentes especies de la familia crucíferas a la que corresponde el Kale. Este insecto puede aparecer en cualquier etapa del cultivo. Las plantas atacadas quedan recubiertas de cera.
Los daños directos son generados por el hábito alimenticio de los adultos y estados juveniles del pulgón, perdiendo vigor la planta y las hojas se deforman, tornándose cloróticas (pierden la coloración verde). Como daño indirecto se destaca la capacidad de transmitir virosis.
Para evitar la presencia de estos pulgones es aconsejable monitorear el cultivo y colocar trampas amarillas pegajosas para detectar los primeros ejemplares, tratar en los focos para evitar pulverizaciones generales en todo el lote.
También se recomienda incrementar la diversidad vegetal para crear calidad y cantidad de microhábitats capaces de atraer y favorecer el establecimiento anticipado de los enemigos naturales que ataquen a este pulgón (vaquitas) y eliminar el rastrojo.