Impulsamos la producción de gírgolas comestibles. Se trata de un hongo con muy buenas propiedades alimenticias. Son de cuerpo carnoso, muy rendidoras, poseen más proteínas que las verduras, contienen vitaminas, minerales y un importante contenido de hierro y propiedades que fortifican el sistema inmunológico.
En zonas urbanas y periurbanas del AMBA hay una humedad justa que sirve para este cultivo que puede comercializarse tanto en fresco como deshidratada, para ser utilizado en diferentes preparados como tartas, revueltos, ensaladas, entre otros.
La clave de la gírgola es que se puede cultivar en espacios reducidos. Su cultivo resulta interesante tanto para el autoconsumo como para la realización de emprendimientos productivos y de valor agregado. De aquí que hay mucha demanda para aprender sus secretos.
Esta especie puede durar hasta tres años. El otoño y la primavera son las estaciones clave para su producción y puede realizarse sin tierra sólo con un buen tronco volteado en una maceta.