La campaña fina está en pleno avance y, la planificación de la fertilización es un aspecto esencial para aspirar a obtener altos rendimientos. Por ello, en el marco de A Todo Trigo, se presentó una solución biológica para la gestión efectiva del nitrógeno en el cultivo.
El trigo es el cultivo de invierno más importante en los sistemas de producción de la región pampeana, con lo cual, un manejo adecuado de su nutrición es un pilar básico e indispensable para el logro de altos rendimientos. Por eso, el nitrógeno, es sin lugar a duda el nutriente más representativo para este cultivo histórico.
Este aspecto, junto con muchos otros más, fue eje de discusión de una nueva edición de A Todo Trigo, que se desarrolló en la ciudad de Mar del Plata del 9 al 10 de mayo. Allí, se demostró que el nitrógeno es esencial para la supervivencia de las plantas y un elemento clave que aporta al óptimo desarrollo de los cultivos. Este elemento no solo es el componente principal de los ácidos nucleicos, sino también un aliado integral de las proteínas y compuestos bioactivos como la clorofila.
Por ello, en una de las disertaciones expuestas en A Todo Trigo, se presentaron los beneficios de BlueN, un fertilizante biológico que aborda los principales desafíos de la gestión efectiva del nitrógeno en trigo.
“El nitrógeno se encuentra en diferentes formas y la gran mayoría no está disponible para las plantas. Se debe comprender que más del 78% de la atmósfera terrestre está compuesta por nitrógeno y en el suelo se encuentra comúnmente en forma de nitrógeno orgánico derivado de la descomposición de organismos vivos”, explicaron desde Stoller: una empresa líder en soluciones biológicas, que en esta campaña fina pone a disposición de los productores a BlueN, con el claro objetivo de potenciar el cultivo de trigo.
UN PRODUCTO NECESARIO
Las plantas necesitan que ambas formas de nitrógeno se transformen para ser absorbidos. De acuerdo a esto, BlueN se presentó en A Todo Trigo como una solución biológica de última generación que ya está disponible.
El componente activo de BlueN es una cepa de Methylobacterium symbioticum SB23 seleccionada para uso agrícola y no modificada genéticamente. Además, BlueN está inscripto en el Instituto de Revisión de Materiales Orgánicos (OMRI), siendo un producto aprobado para su uso en producción orgánica certificada, procesamiento de alimentos y manipulación.
“Es un producto que permite que los tejidos vegetales sobre el suelo se conviertan en una fuente de suministro constante de nitrógeno. Methylobacterium symbioticum SB23 entra en la planta a través de los estomas de las hojas verdes y coloniza rápidamente toda la planta para convertir el nitrógeno atmosférico en una forma disponible para la planta (amonio)”, resaltaron en Stoller.
Este detalle permite que BlueN entregue nitrógeno directamente a las partes de la planta en crecimiento activo, independizándose del momento de aplicación y de los efectos ambientales negativos.
Esta herramienta innovadora, que integra el Programa Trigo 360°, se puede aplicar en mezclas de tanque, sobre las hojas, permitiendo que estas sirvan como fuente de nitrógeno adicional a las fuentes absorbidas por el sistema radicular.
Según los especialistas, BlueN se aplica en pleno macollaje hasta 2 nudos elongados, con una dosis recomendada de 0,333 kg/ha